Cuando juego con mi hijo
Con sus lanzas i escudos
Y sus caballos
imaginarios
Yo tanbién me transformo
Por instantes me olvido
Del sufrimiento
Y del cuerpo
Dejo que la ficción
Me atraviese por completo
Y me siento un poco
Como Sancho Panza
En posesión de su ínsula
Aunque al final de la jornada
También como a Sancho
Me ataca la melancolía
Al pensar que mi hijo
Un día
Se levantará de su cama
Y no será más
Don Quijote
Sino
Alonso Quijano.
Rafael Gutiérrez
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